¿Dónde estás?
Le pregunta mi mano derecha a mi mano izquierda.
Mi derecha, esa que tiene la habilidad
y la destreza de tomar la pluma con fuerza.
¿Dónde estás?
insiste.
Esa capaz de tocar tu rostro
sin musitar frases completas.
¿Dónde estás?
Respuesta:
cerca de tus palabras;
mi mano izquierda contesta.
La escena que grita muerte.
Calla las palabras que tenían otro acento.
Todo huele a caña de azúcar y sabemos
Que alguien
terminó muerto.
La escena grita por los ojos de
Los que se miran los cuerpos
Para saber que todo está bien.
Que algo cambió entre las almohadas.
Que dos se han tocado la existencia
Y que media parte del alma
Se queda con un indicio de recuerdo.
De esos eternos.
De esos que marcan las ranuras de las uñas
Cuando están llenos de nervios.
Morir por primera vez,
Y mentir por quinientas tandas de veces.
Las mentiras se dicen para
Crear escenas que no nos pertenecen.
Para que esos días no nos pertenezcan
Y le queden tan solo a los rincones
Que nos vieron morir juntos.
El amor cuando no es amor,
Aprende a morir una vez
Nos hemos parado de la cama.
Una vez hemos lavado las sábanas.
Muere en esa tarde
En que alguien en la habitación
Quiso decir algo,
Pero prefirió callarlo.
VERSOS PARA ENAMORADOS
Versos para enamorados
Quédate en esta tierra para abrazar
El frío que no amas.
Camina la sustancia de la que
Construyes los besos que estás
Dando.
Quédate para estar presente.
Para verle a los ojos
Y en su ausencia,
Recordarle.
Quédate en esta tierra para contarte
Que estás olvidando el miedo.
Para llamarme y contarme
Que estás siendo amada.
Quédate para ser testigo,
Para ir por las calles
Evangelizando
(aunque odiemos la palabra).
Para decirle a las gentes,
Que algún día amarán.
Que flotarán.
Que querrán quedarse en esta tierra
Para hablar de amor,
Y que no lo harán.
Porque el amor cuando va llegando,
Se queda sin palabras
Y sin piernas.
Y por más que alguien
(que no sea el ser amado)
te suplique que te quedes en la tierra,
de tanto amar;
de tanto amar,
no te podrás quedar.
TACTO
Se es letra atravesada por un punto.
No se escoge ni la curva ni la forma
de caminar la palabra.
Somos rima o silencio.
No escogimos ser suspiro,
pero supimos acaparar el aire.
Con el tiempo fuimos palabra.
Y lengua que aprendió a hablar con tacto.
Los fantasmas y los caminos,
Fueron brújula y veleta
Para atravesar la palabra suelo
que hoy pisamos.
Y así buscamos una voz propia
para pronunciar la palabra que somos.
Las palabras cuando tocan,
entran directamente en la piel,
que también es significado y sustantivo
y verbo y beso y canto.
Las palabras fuimos actos fisiológicos
que amamos u odiamos
en forma de metáfora.
Somos palabras que tocan,
Que limpian, que hieren,
Que atacan, golpean.
Besan.
Somos palabra que mira.
La palabra que somos y que es,
recuerda lo que sabe llamar por su nombre.
Y si no lo existe,
se inventa el verbo
y lo mira de frente a los ojos.
Pues somos palabras buscando palabras
así de reojo.
Y si te encuentro te atrapo
para verbalizarte la piel entera
y nombrarte sin adjetivos.
La palabra reacciona ante la mano que la toca.
La palabra toca y todo tacto es nostalgia.
La caricia entonces, siempre se extraña.
La nostalgia es sal de mar
Que, en sí, también es palabra.
Es agua, arena, plancton junto a vos
y bajo la palabra luna.
La luna entonces es palabra sagrada.
Es la luz del sol siendo alumbrada.
Es vibración sobre una piel erizada.
Fuimos letra hecha palabra
porque todo verbo siempre supo tocar,
a la boca de la boca,
Del centro de la vida amada.
Exceso de sal
Estoy por pensar que mi fuerza está en dejar salir todo lo que me aturde.
Quisiera decirles que mi fuerza está en no sentir miedo, o en no tener la capacidad de aturdirme o abrumarme o llorar fácil o en el carácter o en la misma fotografía, pero no.
Si me mido por cantidades, mi peso está en la fábrica de lágrimas en los mínimos gestos para no sucumbir ante las grandes descargas de tristeza.
Mi fuerza está en las semanas de ser mujer y en las llamadas a decir ¡te quiero! En un taxi. Y en la valentía de levantarme a sonreír aun cuando el día está gris y frío y ruidoso.
Tengo ganas de llorar porque la ventana está abierta y los carros me aturden. Y tengo ganas de llorar por un nudo extraño que se me hace cada semana y que está a punto de desanudarse.
Tengo ganas de llorar porque estoy poco a poco teniendo sueños y de a poco los voy cumpliendo. Y esas lágrimas, de ese llanto de martes es el miedo que se quiere quedar dentro y que mis ojos, más sabios que mi corazón, lo sacan en mar salado, para defenderme.
El ahogado no muere por ahogado, muere por exceso de sal.
A medias
Quiero ocuparme de las lunas que otros han dejado de ver.
Ocuparme de las lunas olvidadas.
De las llenas.
De las medias.
De las medias que quedaron colgadas en la lámpara cliché
Que todos recuerdan después del desnudo de media noche.
De las medias de media noche y su media luna.
Quiero ocuparme del ayer que dejé olvidado
En el pasado en que me dijeron
Que no esperara nada.
Del ayer en que esperé olvidada,
Aquella mañana en que creí que sería
Fría y feliz.
Del ayer en que esperé que tan solo la ausencia
De esa mañana,
Me tranquilizara por haberse vuelto constante.
Quiero ocuparme de lo constante. De lo que sigue
Estando ahí
Y aún espero que cambie.
Deseo un enemigo tan solo por una noche.
Que me quite el hastío del constante.
De las medias que nadie me quitó
Pues estaba sola.
De la luna que nadie caminó conmigo.
De la lámpara.
Ese enemigo que luche contra luces.
Que atenúe solo un poco aquellas que
Me están cegando.
Que luche contra mis ganas previas de ocuparme.
Que me quite las ganas de sentir.
Que me ocupe para no ocuparme de mis preocupaciones.
Que me ponga medias porque la luna está llena.
A los que no amé
Creo que nunca supiste
Que, al verme dormir,
No estaba soñando contigo.
Que fuiste un refugio
Para cargar un turno de experiencia.
Que veía tus gestos,
Y nuestros días,
Sin celebrar tu rostro.
Que no eras idilio,
Sino símbolo.
Que te llamé por mil nombres,
Para reemplazar tu vida.
Que te pido perdón
Por no entregarte la mía.
Que, a los cortos años,
No se sabe de amores
Ni de actos.
Que en la historia de mi vida
Siempre tuviste un reemplazo.
Que fuiste el único con un título,
Y que, desde tus días,
Como tú,
Nadie me ha amado.
Abismos
Los abismos se parecen a los bombillos quebrados.
Son espacios finitos que alardean de paisaje.
Puntas de montañas o de finales inciertos que invitan
A mirar abajo.
Que invitan a mirar arriba.
Que presentan pedazos de luz para ver una sola parte de universo.
Los abismos iluminan precipicios y vidas completas,
Al proponer un momento de silencio.
De soledad.
De encuentro.
Los bombillos rotos se parecen a los abismos
Porque fueron pedazos de luz con una punta filuda que
Le dio fin al camino.
Son invitaciones a ver la oscuridad como parte del mismo
Sol.
Los abismos son propuestas con múltiples respuestas,
Donde sólo quien mira,
Puede marcar la x.
¿Cuántos cafés hacen falta?
Pienso asociar el café con el amor hasta el final de mis días.
El Amor eterno
El amor fallido.
Todo está
En si el café fue servido,
Tomado o,
Sí por orgullo o por olvido,
Lo dejamos enfriar.
Cemento
Esta es parte de la dosis de cemento
Con que construyo un piso roto.
Está roto desde siempre.
Desde siempre se quebró.
Son baldosas de colores
De una tierra que se hizo a medias.
Que se caminó a medias.
~
#cursileriaparavalientes